El próximo viernes 06 deJulio asistiré como uno de los 300 elegidos a la cumbre ALF para la innovación tecnológica y la economía circular organizada por la Advanced Leadership Foundation con la colaboración de Fundación Incyde de las Cámaras de Comercio. Afronto la jornada con un sentimiento doble, pues por un lado me alegra y reconforta enormemente que la economía circular, el diseño circular, la sostenibilidad, no sólo medioambiental, sino también cultural y humana, se hagan por fin hueco en la agenda política. Pero por otro lado, veo un programa con participaciones extrañas y carencias en algunas áreas (aunque a decir verdad, un día no da para más).

DEsde luego que comparto plenamente la motivación de la cumbre, pues es urgente la toma de medidas, pero sobre todo comparto el posicionamiento de que esa toma de medidas no está reñida con la productividad: hace ya muchos años el diseño circular ha demostrado a través de numerosos casos de éxito que la economía circular aporta numerosas ventajas competitivas para empresas, instituciones y el conjunto de la sociedad.

En los últimos años se vienen desarrollando desde las instituciones europeas iniciativas que ponen el diseño y la economía circular como las vías adecuadas para el futuro de Europa, implementando numerosas medidas para su desarrollo e implementación en el tejido productivo y social a todas las escalas (recordemos que no hablamos de grandes corporaciones, si no de acciones locales que repercuten en lo global, de nuevos modelos de distribución, de cambios en los modelos de creación y producción, etc).

También en España se han venido adoptando medidas al respecto, si bien no todo lo rápido que sería conveniente, y por deformación pongo ejemplos de mi sector, el del diseño, pero es que considero firmemente que es la mejor herramienta para construir un mundo mejor: participación del sector diseño en iniciativas del Ministerio de economía, como las plataformas sectoriales, la proposición no de Ley aprobada por unanimida en el parlamento este 2018 para una estrategia de diseño a nivel nacional, etc (destacar aquí el papel de READ, un agente dinamizador fundamental con gran parte del sector del diseño detrás).

A nivel particular, tanto grandes como pequeñas empresas o instituciones están tomando iniciativas en este sentido, más allá de la normativa. Pongo aquí dos ejemplos que me han sorprendido ultimamente: por un lado el plan 2020 del grupo Mahou-San Miguel, con 20 puntos a cumplir dentro de una economía más circular (aún les queda, pero están en el buen camino); y por otro, la filosofía Triple Balance, desarrollada por Laurent Ogel en Praxxis, y que me ha supuesto un descubrimiento maravilloso de nuevos modelos de gestión más comprometidos económica, ecológica y socialmente: para mí el futuro que me gustaría vivir (inclusive generando redes que espero den su fruto en sellos de calidad!!).

Pongo aquí un breve video de la Fundación Ellen McArthur, uno de los principales impulsores a nivel internacional de este nuevo modelo productivo, para el que quiera más info e ir tirando del hilo del futurol

Así que recopilando, me doy cuenta que voy a ir el viernes con más ilusión y perspectivas de las que creía al inicio de este post, pues estamos en el camino. Estamos diseñando de manera cada vez más abierta, trasparente y colaborativa el mundo que queremos. Y si bien queda mucho por andar, yo ya tengo puestas las zapatillas.

La semana que viene os contaré lo acontecido.